La lluvia, el frío y las expulsiones opacaron un partido que 11 contra 11 pintaba muy lindo, con llegadas de Racing y Nacional, con los goleros como figuras y con las gargantas prontas para gritar bajo agua en el Parque Alfredo Víctor Viera.

Y en estos casos hay que ser sinceros. La tarde de sábado poco se prestaba para espectáculos al aire libre, pero el calendario no se detuvo y luego de un partido que se desvirtuó con las rojas, el tricolor se fue con tres puntos y algunos dolores de cabeza, pero sabiendo que llegó a 10 triunfos al hilo en la Liga AUF Uruguaya y que sigue liderando la Tabla Anual en la que le sacó nueve puntos a Peñarol. Además, el Bolso lidera en solitario la Serie B.

Pero más allá de lo estadístico, vale la pena analizar cómo al equipo de Pablo Peirano casi se le complica un partido que después de las tres expulsiones de cervecero, cambió su rumbo.

Foto: Leonardo Mainé.

A los 42’, La Escuelita de Sayago se quedó sin Álex Vázquez. Luego, ya en el complemento, perdió a Agustín Pereira a los 53’. Ambos por doble amarilla y sin nada que objetarle al árbitro Andrés Matonte.

Ahí, Pablo Peirano metió mano en el equipo y mandó a la cancha a Gabriel Báez y a Mauricio Pereyra. Cambios que en la tribuna fueron muy criticados, pero... El fútbol tiene esas cosas del destino y el destino quiso que Báez se vistiera de goleador a los 63’ para definir de primera y contra un palo para abrir el marcador.

No había que saber mucho de fútbol para entender que el partido estaba terminado. Y más cuando a los 65’ Gastón Bueno, quien se equivocó increpando a Andrés Matonte —algo que reconoció tras el encuentro— vio al roja para dejar a Racing con nueve.

El gol del Diente López decoró lo que ya era una noche ganadora para el tricolor, pero a 4’ del final Mateo Cáceres le puso incertidumbre con un golazo para descontar, aunque ya no iba a pasar más nada.

Foto: Leonardo Mainé.

El 2-1 le permitió al Bolso sumar de a tres, pero lo hizo con lo justo, sin desplegar el fútbol que desea su entrenador y apelando a las variantes cuando los titulares no desnivelaron como lo pedía el partido.

Con tres jugadores más en el campo, al albo se le complicó bastante y no pudo sacar nunca una diferencia tranquilizadora para el hincha que si bien está contento con la racha ganadora, está preocupado por el bajo rendimiento del equipo, algo que el entrenador deberá trabajar para intentar resolver.

Así y todo, los puntos altos de Nacional fueron la buena generación de chances en la primera parte —se encontró con un Lautaro Amadé imbatible— y el aprovechar la ventaja numérica para abrir el marcador más allá de los altibajos futbolísticos en esa segunda mita del encuentro.

Pero en el fútbol, lo importante es ganar y Nacional, en una tarde insólita, lo hizo. Sufriendo, pero lo hizo y lidera las dos tablas.