Un niño se para enfrente a la televisión, junta las dos manos y se las lleva a la boca, como en una especie de rezo. Juegan Portugal y España la final de la Nations League y Cristiano Ronaldo, su ídolo, lo distrae. Enfrente están ya casi terminando el primer tiempo Nacional y Boston River, que, pese al frío, fueron protagonistas de una entretenida noche de domingo en la que no todo fue fútbol.
La salida a la cancha quedó marcada por el mensaje que enviaron los hinchas que estaban ubicados sobre el rincón que une a la tribuna Atilio García con la Abdón Porte en relación a los derechos de televisión. “TV = licitación”, decían los letreros, que reafirmaban la postura institucional que quedó mandatada en el club a través de una asamblea.

Solo tres minutos pasaron para que esos mismos fanáticos gritaran el primer gol, que llegó tras un pase filtrado de derecha de Julián Millán a Lucas Morales, que pasó expreso por la banda y tiró de memoria el centro atrás. La pelota le quedó larga a Rómulo Otero, pero la encontró Gonzalo Petit y estaba destinada a terminar en la red: remate, rebote y el Diente López justo a tiempo para tocarla contra un costado del arquero.
El dominio tricolor se prestaba para que llegara el segundo y, aunque Otero se lo perdió por cruzar demasiado un tiro desde adentro del área, el Ojito Nicolás Rodríguez no perdonó y de lateral a lateral Nacional festejó por segunda vez.
Oportunidad que le dan, oportunidad que toma el 77, que había entrado muy bien contra Progreso hace dos fechas y ayer le ganó la pulseada a Gabriel Báez como lateral izquierdo, pese a quedar a perfil cambiado.

Los primeros 15 minutos, que últimamente dejaban en evidencia a Pablo Peirano con los planteos iniciales, fueron para encuadrar como los mejores del año. Probablemente, quedaron a la par de lo que el equipo había mostrado como visitante frente a Inter en Porto Alegre.
Pero, al igual que aquel día, Nacional, poco a poco, borró con el codo todo lo que bueno que escribió con la mano y sufrió más de lo que se esperaba en los papeles. Un gol de otro partido de Facundo Rodríguez -zurdazo al ángulo y mirada de refilón de Ignacio Suárez- le agregó suspenso a la historia. Aún así, quedó solamente en anécdota porque su sustituto (Valentín Adamo) no pudo aprovechar las chances claras que tuvo.
En el segundo tiempo, fueron al menos tres para Boston, que estuvo cerca de despedirse en el arranque tras una definición al palo de Millán y un zurdazo por arriba del travesaño de Sebastián Coates en el área.
Con luces y sombras, cambios en el 11 que dieron en la tecla y otros que no, Peirano sigue aceitando a su Nacional, que, como quien no quiere la cosa, llegó a nueve triunfos seguidos por el Uruguayo.